Historia de los nombres de los pueblos...
Todo tiene un
comienzo, por supuesto también esta sección.
Desde siempre me interesó el "comienzo" de antes del comienzo, es decir,
cuál fue la primera idea que disparó mis ganas de escribir esto. Muy pocas
veces logro desentrañar el origen de ese comienzo, pero esta es una de esas
excepcionales veces.
Hace muchos años leí
una maravillosa novela del gran escritor brasileño Jorge Amado: Tocaia Grande. En la narración cuenta
los inicios pocos clamorosos de lo que mucho después sería una importante
ciudad de Brasil. Ciudad que fue en sus orígenes
apenas un galpón en un cruce de caminos, entre las haciendas y el puerto, en la
ruta del cacao. Un turco que recorría en
un carromato las distintas haciendas vio la posibilidad de dejar de ser un mercachifle
errante, y se instaló al lado del galpón. Al principio, en una choza que hacía de vivienda y negocio a la vez. El
turco se dedicaba a vender carne seca, harina y aguardiente a los troperos que
pasaban. Las segundas que se establecieron en el lugar fueron las putas, que
aprovecharon la clientela cautiva que tenían en los troperos. En pocos años el lugar se fue poblando, para ser un caserío importante que rodeaba los galpones, que florecían en medio de la
fiebre del cacao.
No es mi fin
comentar la exquisita novela sino contarles que desde ese día, siempre que conozco
una nueva ciudad o pueblo no puedo dejar de pensar e imaginarme cómo fueron sus
comienzos, sobre todo aquellos que no aparecen en la historia oficial.
Esta curiosidad me
ha llevado a hacer muchas preguntas y en el camino encontrar escasas respuestas.
Hoy que han pasado
muchos años de haber leído Tocaia Grande,
no puedo dejar de asombrarme al ver un cartel al lado de la ruta que indique: Mechita 20 kilómetros, o Polvadera,
Elvira, Indio Muerto, Arbolito, etc. y más de una vez he dejado mi trayecto para llegar a uno de esos lugares y averiguar el por qué
de su nombre.
Los nombres de los
pueblos se funden en muchos de sus habitantes y hasta podríamos decir que se
identifican mutuamente, un ejemplo que estos es Gabriel García
Márquez, el gran escritor colombiano, creador de ese estilo tan
latinoamericano, el realismo mágico. No
podía dejar de nacer en un pueblo cuyo nombre es Aracataca, que está compuesto de
las cinco mismas vocales.
Realismo mágico en estado puro…
Carlos Eduardo Varco