lunes, 30 de diciembre de 2013

SAQUEO!

Si los viernes son de siluetas, Diciembre es de saqueo. Otra vez.

El Gobierno (los gobiernos), hacen hincapié en la extorsión a que fueron sometidos por las policías provinciales y algunos hasta señalan las vinculaciones de éstas con distintas ramas del delito. ¡Diez años gobernando para darse cuenta de algo que todos sabemos!  Descubrieron “nexos mafiosos” en las Policías. Tal vez si los dejamos gobernar diez años más, descubran que no son solo nexos, que la Policía en Argentina ocupa, en buena medida, el lugar que en EEUU llena la mafia. Ningún delito importante es posible sin el permiso o la complicidad de la Policía. Y lo dejo claro para los que reclaman mayor presencia policial para mayor seguridad: ellosno son la solución, porque son el problema.

Pero el objetivo de estas líneas no es hablar de este detonante que resultaron las “rebeliones” policiales. La cuestión que preocupó a la buena gente, es la propensión de parte de muchos habitantes a pasar de cualquier regla y aprovechar la situación para saquear comercios y apropiarse de bienes a los que habitualmente no pueden acceder. En muchos lugares, a las incursiones de grupos de delincuentes sin placa identificatoria ni gorra, les seguía la irrupción de grupos crecientes de jóvenes y algunos no tanto, que se abalanzaban sobre el cuerpo inerme de comercios varios. “Hienas”, bramaron desde indignados medios de comunicación. “No hay límites”, se lamentaban en otros. La guerra mediática entre oficialistas y opositores logró una tregua y un acuerdo: todos condenaban a estos no-necesitados, que en lugar de llevarse un paquete de harina para hacerse tortas fritas si tienen hambre, se llevaban zapatillas de marca y televisores LCD, LED, y cualquier objeto de valor.
El Pais de buena gente miraba azorado por TV: tierra de nadie, todos contra todos, el Apocalipsis. Las redes sociales, plagadas de esa buena gente, clamaban al Cielo por Justicia. No lo midieron, pero seguro que “negros de mierda”, ese clásico reprimido que vuelve y vuelve a surgir y resurgir ante cada dificultad, fue trending topic.
Caparrós en su Blog comentó con inteligencia. Nos remitimos a él, pero resumimos y agregamos algo. La hegemonía es consenso y (la posibilidad cierta de) coacción. El sistema se mantiene así. Pero la coacción debe mantenerse latente, como posibilidad permanente, como complemento imprescindible. Sola, sin consenso, no puede sostener a largo plazo la hegemonía. En mi personal apreciación, el corazón de la hegemonía es entonces el consenso. Los consensos, más bien diría. El sistema puede ampliar estos consensos o bien pueden disminuir sin que corra riesgos. Es decir que hay algunos consensos básicos, constitutivos y otros accesorios. Uno de los consensos elementales para el mantenimiento y el buen funcionamiento de todo el sistema es la aceptación de la propiedad privada como sacrosanta. De ella deriva la ganancia, que se santifica como hija de, y al mismo tiempo como nueva propiedad.
Ese consenso es el que aparece roto para una parte pobre de la sociedad. Por supuesto que la santidad general de la propiedad nunca fue reconocida por la clase dominante. Allí solo es santa la propia propiedad. El saqueo constante de fondos públicos (propiedad de todos), nos exime de cualquier otra demostración. Pero que un grupo de negros marginales se atrevan a poner en duda lo sacrosanto, los espanta. ¿Hasta dónde van a llegar?. Los exclusivos countrys están rodeados de barrios miserables. ¿Y si se les ocurre que esa propiedad tampoco merece respeto?.
Por el momento no hay riesgos. La sociedad argentina parece estar, nuevamente, haciendo implosión. No está sobre el tapete una cuestión de clases explícita o consciente.

Pero como nunca se sabe, mejor ir preparando las armas.

Alberto López Camelo

Fuente: http://alberteadas.blogspot.com.ar/2013/12/saqueo.html

sábado, 28 de diciembre de 2013



ALGUNAS HISTORIAS DE MI BARRIO..

RICARDO


La ciencia histórica no se ha decidido aún a buscar los orígenes de su apodo, por lo que solo nos queda navegar en las procelosas y oscuras aguas del mito urbano, siempre modificado y exagerado, pero conteniendo una parte, tal vez la esencial, de verdad.
Cuentan los que la tienen clara (pero Alá sabe más) que el apelativo nació una noche de juerga en las lejanas tierras de William Morris. Hasta allí se habían dirigido los muchachos del barrio en busca de un poco de sano esparcimiento. Fue el destino, traicionero e imprevisible, el que enredó a nuestros inocentes vecinos en una trifulca a palos con aborígenes locales. A los que hemos conocido a Hector, Nando, Rody, Tavo, Tony, Marcelo, etc., no nos cabe la más mínima duda que no tuvieron nada que ver con la iniciación de la lucha. Eran lo mejorcito del barrio y con eso alcanza para proclamar que la culpa estuvo del otro lado.
La gresca que se había armado se estaba inclinando, visiblemente, hacia los locales. Nuestros muchachos iniciaron entonces un prudente (pero veloz) repliegue hacia la estación de trenes. La suerte, por fin de su lado, quiso que llegaran en el momento exacto en que una formación del San Martín reiniciara su marcha con punto de llegada en la tranquila y bienamada ciudad de José C. Paz. Todos se abalanzaron hacia la seguridad del tren.
Todos menos uno: El Ricardo llegó tarde.
Y allí estaba, este prototipo de la paceñidad, solo y expuesto a los designios de los salvajes williammorrisenses (o williammorriseños, según el autor que tomemos). Como cristiano en la arena del Coliseo romano, enfrentaba con dignidad a los hambrientos leones.
Zapateá! - fue la orden -, zapateá si no querés que te caguemos a palo!.
Algunas versiones del mito cuentan que mientras Ricardo zapateaba, los bárbaros le tiraban tiros a las patas, solo por diversión. Lo cierto es que el sol sorprendió a Ricardo bailando malambo en la estación de William Morris y a sus captores hechizados por la gracia con que lo hacía.
Finalmente lo dejaron ir, con apenas unos cachetazos que, a esa altura, no se sabe muy bien si eran de desprecio o admiración.
Las horas que Ricardo malambeó para aquellos irracionales no entraron en el libro Guines de los records, lo que configura una verdadera injusticia. Pero ese fue el origen del apodo que lo acompañaría el resto de su vida en el barrio: “El pampa”.

Alberto López Camelo

viernes, 27 de diciembre de 2013

Presentación oficial del libro "Relatos del más acá"


Finalmente fue presentado en sociedad el libro de cuentos "Relatos del más acá" en el Centro de Exposiciones Municipal de San Miguel (aprovechamos para agradecer a todo el personal de dicho establecimiento y a sus autoridades que nos brindaron su tiempo y espacio para tal fin). 


El día elegido fue el viernes 20 de diciembre (2013) a las 20 hs. Con amplia concurrencia fue un verdadero placer realizar tal presentación. GRAFOS 2.0 agradece a todas las personas que se arrimaron a escuchar a los autores en dicho evento.






La presentación abarcó el temario de los relatos en todas sus formas, oral, escrita, musical y audiovisual.


Fue amenizado con canciones que expresan desde la historia la formación de nuestro imaginario.


Desde la experiencia propio, biográfica se fue avanzando en cómo nos construimos en el relato mismo. 





La jornada finalizó con la exposición del libro como resultante de la labor de escritura y del Blog oficial de GRAFOS 2.0



miércoles, 25 de diciembre de 2013

"Detrás de la Cordillera"
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Apenas con veinte años y con mi título, recién estrenado, de oficial soldador múltiple ingresé en la fábrica. Hasta ese entonces mi experiencia política en lo práctico era mínima, mas allá que toda mi familia tenia militancia política
 Una vez, en un trabajo anterior, en la construcción, le pregunté a un compañero mayor, que siempre  se ponía a hablar de Marx y Lenin, el por qué de su militancia comunista. El viejo Juan respondió sencillamente. Esa pregunta tendrías que hacérsela a un obrero que no es de izquierda. Lo natural es que el trabajador tenga su identidad de clase, su partido, su sindicato, es tan normal como este sol que nos alumbra, la anormalidad que busca tu pregunta está en otra parte. Su respuesta me hizo pensar mucho y a partir de ese momento lo comencé a bombardear con preguntas. El viejo, con paciencia infinita, siempre me trató de explicar todo. Muchas veces al salir de la obra, continuaban las charlas. Una vez de forma muy solemne me dijo:
-Es hora compañero, de agarrar los libros. Es deber de todo obrero formarse intelectualmente, pero no con el afán de adquirir conocimientos para el lucimiento personal o el saber desde una óptica del poder. Ese es el punto de vista de la burguesía, tener el conocimiento para la dominación. Nuestra formación en el saber está regida en el valor proletario, socializar el conocimiento. Usted se debe formar y profundizar su saber para poder ayudar a otros hermanos de clase a salir de la ignorancia y el oscurantismo que le impone el capital. Nunca su saber puede estar al servicio de fines personales o de dominación. Al acabar con el monólogo me alcanzó dos libros gastados.
Cuando ingresé a la fábrica puedo decir que era un proto-revolucionario, además el país era una caldera. Aún faltaban varios meses para las elecciones presidenciales, pero la posibilidad del triunfo de Allende comenzaba a ser concreta y ante esto el pueblo redoblaba sus esfuerzos.
    En la fábrica éramos tres mil quinientos obreros, divididos en jornadas de ocho horas con turnos rotativos. Mi debut fue en el turno noche y antes del tercer mes participé en un paro. La empresa no quería pagar un plus por altura, ni tampoco cumplir las demandas de seguridad. No es moco de pavo soldar a tres o cuatro metros del piso, con el viento del sur moviendo de un lado a otro el andamio. Los dueños estaban dispuestos a discutir el plus. Peso más, peso menos, al final habría acuerdo, pero se negaban de plano a discutir las medidas de seguridad y mucho menos que estas fueran controladas por el sindicato. El único control posible para ellos, era el del ministerio de trabajo, donde tenían los inspectores comprados. Al cuarto día del paro vino a discutir con nosotros un gerente gringo. Hablaba correctamente el castellano, sólo que cuando se enojaba y levantaba la voz, lo hacía en inglés, mezclando los idiomas, cosa que nos irritaba por demás.
-Mi no entender, por qué después de treinta años, ahora pedir seguridad. Antes no problema y trabajar, ahora no producir, querer control de fábrica. Nosotros única  ley ministerio- Gritaba el gringo.
Claro que los gringos no podían entender. Chile estaba cambiando. Cinco días antes del triunfo electoral de Allende, la empresa firmó, no sólo el aumento por altura, sino también el nuevo reglamento de seguridad industrial, donde el cumplimiento estaba controlado por el sindicato y la comisión interna de la fábrica. Desde ese momento hasta el golpe de estado no tuvimos ni un sólo accidente, mientras que antes eran moneda corriente las desgracias, muchas de ellas fatales.
Una vez  ganadas las elecciones,  entramos en un espiral de lucha impresionante. Las clases dominantes no se resignaban a perder sus privilegios y desde el mismo momento en que se conocieron los resultados electorales comenzaron a conspirar, preparando el golpe de estado.
Vivimos momentos febriles y hermosos, cada día que pasaba representaba como diez en experiencia, no se paraba un instante. De las asambleas de la fábrica, a la reunión del comité barrial, a la escuela y de ahí a la universidad.  Los fines de semana los obreros y los estudiantes salíamos en brigadas para alfabetizar en zonas rurales. Miles de jóvenes por todo Chile llevaban solidaridad y esperanza a cada rincón de la patria. Un fin de semana de esos conocí a Elena, una estudiante del último año del liceo. Nos enamoramos  de inmediato y después de seis meses de noviazgo,  nos casamos.
Para esa misma época, fui elegido delegado, cosa que me llenó de orgullo y alegría. En la fábrica, en ese momento, librábamos una dura lucha ideológica. Un sector de los trabajadores estaba ganado con las ideas de la burguesía, no comprendían la nueva situación del país y el papel de los trabajadores en este proceso. Y nosotros debíamos jugar un papel de vanguardia, para ayudar a esos trabajadores.


domingo, 22 de diciembre de 2013

Tortuguitas


Para conocer el origen del nombre de la localidad de Tortuguitas hay que remontarse al lejano año de 1582, es decir, dos años después de la fundación de Buenos Aires por Juan de Garay. Como recompensa por sus servicios militares prestados a la corona y a Garay, don Alonso de Escobar recibió en condición de “Merced Real” una propiedad en tierras de la campaña para hacerla productiva. Don Alonso se convirtió así en propietario de una “suerte de estancia” que será denominado “Cañada de Escobar” (que dio origen al actual Partido de Escobar) en donde está la actual Tortuguitas.
Luego de pasar por varias manos hacia fines del siglo XIX dos personas eran dueños de los pagos que nos interesan: don Miguel Parra y el Dr Wenceslao Escalante. La hija de don Wenceslao, Sara Escalante de Maura será quien origine el nombre de la localidad, cuando le ponga el mote de “Tortugas” por su lentitud de juego al equipo de Polo de su marido Antonio Maura.  Dicho nombre fue del agrado de don Antonio quien fundó el “Tortugas Country Club” en 1930. Mientras tanto en la fracción que le correspondía a Parra, tras su muerte se loteó en seis partes. En uno de los lotes, la del señor Blas País pasaba las vías del Ferrocarril Central de Córdoba - extensión a Buenos Aires (hoy FC Gral. Belgrano). Los hijos de Blas cedieron en 1925 una parte por donde pasaba el tren para que se instale una parada. Finalmente y tras el pedido de Antonio Maura en 1947 por decreto N° 16.612 del Poder Ejecutivo Nacional (Presidencia de Perón) se creó la estación apeadero km 40 de Tortuguitas… ¿Lo sabías?

Fernand

viernes, 20 de diciembre de 2013

Este Sábado 21, LOS FURGONES 

nos estaremos presentando 

junto a los amigos de COBRA VIDA,

REYNA SANGRE y SIN IDENTIDAD 

en Raíces (San Miguel) a las 22 hs.


No te pierdas esta posibilidad.

Los esperamos

miércoles, 18 de diciembre de 2013

"Detrás de la Cordillera"
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La lluvia golpeteaba contra el cubre techo de la carpa. Durante todo ese viernes no había dejado de llover. A nuestro frente el río marrón parecía dormido. El comedor del camping, en cambio, rebozaba de actividad. En las distintas mesas se jugaba a los naipes, a los dados, o simplemente se charlaba animadamente.
 Sobre la costa, unos pescadores que el mal tiempo no había hecho claudicar, se aprestaban a pasar la noche junto al río. Cada tanto, con un aplauso cerrado, se festejaba la buena pericia de algunos de ellos que había conseguido una buena pieza. Por todo el predio estaban esparcidas las carpas y también alguna casa rodante. Bajo el único quincho alguien  trataba de hacer fuego para un asado.  A nuestras espaldas se dibujaban los esqueletos de los puestos de la feria de artesanías, la calle estaba desierta y el atardecer ya se había ido.
-Compadre, venga que tengo el agua lista para el mate- La invitación llegó desde la carpa de al lado.
Nos acomodamos en la carpa de Patricio, un chileno a quien a había conocido  el día anterior en la inauguración de la feria. La coincidencia nos había dejado de vecinos, con el puesto colocado uno  al lado del otro y enseguida  nos comenzamos a tratar como viejos amigos. Patricio era un tipo llano y solidario. Cuando le pregunté como había conocido a un amigo en común: Vladimir Hurtado, jamás imaginé lo que obtendría como respuesta. 
 -Así que querés saber  cómo conocí a Vladimir- Contestó Patricio, que haciendo  una pausa para terminar el mate  agregó:
-Te voy a contar todo. Desde el principio, total tiempo es lo que sobra- Y empezó hablar
Nuestro proceso político, el chileno, lo podemos comparar con un boxeador. Esos pibes pobres, que vislumbran una posibilidad, aunque remota, de ser campeón mundial y se agarran a ella para salir de la miseria. Así nos paso a nosotros.  Años haciendo bolsa, sombra, guanteo, practicando para la gran pelea…
…Lo primero que aprendimos fue a defendernos, a que no nos peguen tanto. La sociedad chilena siempre fue tajante, una elite, hija de la antigua nobleza colonial y prima hermana de la aristocracia rural. Ellos por un lado y por el otro, nosotros, el pueblo: obreros, campesinos, indios, pequeños comerciantes. “Los rotos” como siempre nos llamaron los dueños de Chile. De a poco fuimos aprendimos a cómo pararnos en el ring. Lo más importante que hay que tener en claro, es saber quién es uno, tener identidad de clase. Desde ahí saber elegir tus aliados, ayudarse mutuamente y respetarse. Fue un trabajo de hormiga, año tras año acumulando experiencia, los combates te van trayendo conocimientos, avanzar dos, retroceder uno y de a poco fuimos ganando nuestras primeras peleas, con algunos nockout resonantes. Los triunfos hacen crecer la confianza en tus propias fuerzas, aumenta tu optimismo, te sentís cada día más fuerte.  Las derrotas no te hacen mella si hay capacidad para la autocrítica y así podes seguir avanzando. Pero ojo, nunca hay que dejar el gimnasio, todos los días hay que estar al pie del cañón y jamás dudar en lograr la victoria
Hicimos las cosas bien y el enemigo comenzó a preocuparse. Los grandes periódicos comenzaron atacarnos. Todos los días con grandes títulos escribían sus mentiras y llenaban de miedo todo Chile. Pero a pesar de todos ellos, llegó el gran día de pelear por título… Los embocamos y ganamos por nocaut.
Allende presidente,¡¡¡Que alegría!!! Era tomar el cielo por asalto.  Una fuerza invencible de miles de voluntades cantó y bailó esa noche por todas las calles.  Patricio hizo una pausa, con la cara iluminada de alegría, envolvió el mate en una de sus manos y me lo extendió
 -Fuimos felices entonces, muy felices- Dijo mirando el río que seguía  dormido y por un momento se quedo muy callado. Luego su cara se lleno de tristeza y  continúo relatando  - Pero no sólo hay que ganar el título, lo más difícil es mantenerlo y nosotros no pudimos… Yo soy un hijo más de ese proceso heroico y bello que realizó el pueblo chileno.



lunes, 16 de diciembre de 2013

De dichos, lunfardo y otras hierbas... 



Siempre hay términos, frases, letras de canciones, palabras y demás que poseen diversos significados que en muchos casos desconocemos, que pertenecen al presente o al pasado o a ambos por una especie de reciclaje lingüístico. Para todo eso existe esta sección diversa en sí misma, que hemos denominado “de dichos, lunfardos y otras hierbas”, la cual esperamos que los invite a participar, corrigiéndonos y compartiendo sus posibles conocimientos al respecto.
Hoy: diccionario español/popular. Letra G.
v  Gato: mamífero carnívoro, domestico, astuto y hábil cazador de roedores./// Persona de dudosa (muy dudosa) moral sexual./// Máquina elevadora portátil para alzar grandes cargas a pequeñas alturas./// Bolsa en que se guarda dinero./// Persona que realiza las tareas que otro le ordena, en forma subordinada. Utilizado particularmente en el ámbito carcelario (también esgrimido en los barrios populares con significado despectivo. Ejemplo: “Eh, estas re-zarpado en gato amigo”./// Danza folclórica argentina.
v  Gorra: Prenda para cubrirse la cabeza, sin copa ni alas./// Forma displicente de denominar a las fuerzas policiales en los barrios populares. Por extensión, aplicable a aquella persona que habla lo que no debe, sobre quien no debe, con quien no debe o que lleva a cabo un acto de clara delación. (ejemplo de aplicación: “Eh, te re-pusiste la gorra amigo”).
v  Guacho: Cría de un animal./// Que ha quedado huérfano./// Persona pequeña, en muchos casos biológicamente. También utilizado de manera popular con sentido despreciativo en referencia a su posible inmadurez o estupidez (ejemplo de aplicación: “Eh guacho, quédate piola”). Diminutivo… Guachin: Persona pequeña. Termino utilizable tanto de forma semi-cariñosa como semi-burlona, en especial, en los barrios de bajos recursos económicos. 

Patricio López Camelo

sábado, 14 de diciembre de 2013

30 años de Democracia


 Con mis amigos mantenemos una saludable costumbre: conversar de política.
El otro día, uno de ellos vino con su señora de visita.
 En un momento las mujeres se fueron a la cocina, donde mi señora se dispuso a preparar unas pizzas para cenar todos juntos. 
Con mi amigo continuamos tomando mate. El televisor encendido desde un rincón nos traía imágenes desde la Plaza de Mayo. En un momento los dos nos quedamos en silencio mirando el televisor.
   - Decime ¿qué carajo estamos festejando?   - dije alzando un poco la voz-
Mi amigo me miró un poco desconcertado y buscó una respuesta
 – Bueno treinta años de democracia de forma interrumpida no es poca cosa, me parece.
     - ¡Me parece una mierda!, cada vez estamos peor.
     - En parte es cierto lo que planteas, la democracia aún no ha podido resolver algunas cosas…  Esto es el problema del vaso, vos lo ves medio vacío, yo en cambio lo veo a medio llenar. Todo es cuestión de miradas.
-          Puta, digo yo, me debo estar quedando ciego porque no veo ni el vaso.  - Mi amigo sonrió resignado-.
- Lo que veo es que treinta años de democracia han cristalizado y profundizado una sociedad que cada día es más desigual. Que el trabajo que comenzaron los milicos, los políticos lo consolidaron. Mirá la educación, seis pibes de cada diez salen de la secundaria sin saber leer y la mitad que ingresan abandonan.
 -  Es cierto, pero me tenés que reconocer que por primera vez en la historia se destina el seis por ciento del P.B.I en educación y eso es un acierto de la democracia.  - Replicó mi amigo con énfasis-
 -  Esa es una trampa, la mayor parte de esa guita va a parar en forma de subsidios a los colegios públicos de gestión privada.  Un negocio formidable, un tipo pone una escuela y el estado le paga los sueldos de los profesores y además le cobra una cuota a los padres. Las escuelas del estado se caen a pedazos, lo primero que hace una persona cuando tiene trabajo es sacar a sus hijos de la escuela estatal.
 Le ofrecí otro mate a mi amigo y continué hablando…
 A este país lo hicieron mierda. La brecha entre los mas ricos y los mas pobres es de 25 veces ¿Sabes de cuanto era en el año 74?  - mi amigo negó con la cabeza-
 -  De apenas 8 veces, este país tenía un grado de integración, existía movilidad social ascendente. La salud, la educación, la justicia, todo esta arrasado.  Había trenes, se comieron cien mil kilómetros de vías… 
 - Eso lo comparto, lo que hizo Menem fue devastador.
 - No sólo Menem, todos fueron cómplices. Un día tomate el trabajo y revisá el currículo de cada político.  De diputados saltan a senadores, a gobernadores o ministro y cuando caen un poco en desgracia son asesores, pero siempre son los mismos. Es una calesita, tenemos una democracia hereditaria de maridos a esposas, o a hijos y hermanos. Los políticos son una casta.
 -  Bueno, para cambiar esto vos sabes bien lo que hay hacer: mover el culo de la silla y participar - dijo mi amigo dejando de lado su anterior  tono conciliador-
 -  Esa es otra trampa, te convidan a jugar y cuando les conviene te cambian las reglas. ¿O decime que fue el pacto de Olivos, o las elecciones del 2003 con tres candidatos de un mismo partido, o las candidaturas testimoniales del 2009 y ese engendro nuevo llamado las PASO?
 -  Pero tampoco hay que confundirse - continué hablando-
Los políticos son la línea gerencial, todos ellos trabajan para los dueños de la Argentina y esos sí que están festejando.
Con la dictadura usaron la violencia, hoy les sale mas civilizado, usan el consenso de la democracia.
 Mi amigo cada vez estaba más fastidioso, no enojado, nos conocemos de hace muchos años, como para llegar al enojo.  Me miró y preguntó:
-          No entiendo cual es el punto. Puteas a la democracia y entonces lo único que queda es la dictadura.
 -No, ¡ese es el chantaje que nos hacen estos tipos! Nosotros o la dictadura.  Lo que yo digo es que hay que terminar con eso. 
Esto es una democracia delegativa, hija de otro momento histórico. Tenemos que pensar en otro tipo de democracia, en una forma directa y participativa…
 En ese momento entró mi señora con la pizza  y la charla tomó otro giro.
Desde el televisor nos llegaban las noticias: doce muertos, comercios saqueados, miles de compatriotas pasarían la noche parapetados detrás de las puertas con un arma en la mano para defender lo poco que tienen.
Jóvenes, hijos de esta democracia, patrullando ciudades, en busca de algo que rapiñar. Más imágenes… una plaza festejando. El dolor del otro se vuelve indiferente. La presidente canta y baila con una cacerola en la mano y un batallón de obsecuentes la acompañan.
Las instituciones de la república prendidas de las tetas de  Moria  Casan.  Esta es la democracia que tenemos.
    Si querés llorar, llorá…

Carlos E. Varco



La sociedad se desintegra. 
Cada familia en pie de guerra. 
La corrupción y el desgobierno 
hacen de la ciudad un infierno. 
Gritos y acusaciones, 
mentiras y traiciones, 
hacen que la razón desaparezca. 
Nace la indiferencia, 
se anula la conciencia, 
y no hay ideal que no se desvanezca. 
Y todo el mundo jura que no entiende 
por que sus sueños hoy se vuelven mierda. 
Y me hablan del pasado en el presente, 
culpando a los demás por el problema 
de nuestra común hipocresía. 

El corazón se hace trinchera. 
Su lema es sálvese quien pueda 
Y así, la cara del amigo 
se funde en la del enemigo. 
Los medios de información 
aumentan la confusión, 
y la verdad es mentira y viceversa. 
Nuestra desilusión 
crea desesperación, 
y el ciclo se repite con más fuerza. 
Y perdida entre la cacofonía 
se ahoga la voluntad de un pueblo entero. 
Y entre el insulto y el Ave María, 
no distingo entre preso y carcelero, 
adentro de la hipocresía! 

Ya no hay Izquierdas ni Derechas: 
sólo hay excusas y pretextos 
. Una retórica maltrecha, 
para un planeta de ambidiextros. 
No hay unión familiar, 
ni justicia social, 
ni solidaridad con el vecino. 
De allí es que surge el mal, 
y el abuso oficial 
termina por cerrarnos el camino. 
Y todo el mundo insiste que no entiende 
por que los sueños de hoy se vuelven mierda. 
Y hablamos del pasado en el presente, 
dejando que el futuro se nos pierda, 
viviendo entre la hipocresía.

RUBÉN BLADES



                                                   

miércoles, 11 de diciembre de 2013

"Detrás de la Cordillera"
Capítulo 1


     ...El invierno llega a las puertas de una ciudad
      que exterminó la utopía pero no su memoria.
                                    “La revolución es un sueño eterno
                                                                                                                                                                  Andrés Rivera

  Hacía mucho tiempo que no andaba por esta parte del gran Buenos Aires.  Todo estaba muy cambiado o por lo menos lo que yo creía recordar, la memoria nos hace trampa de continuo y nosotros no dudamos de ella. En dos o tres oportunidades tuve que detenerme a preguntar y debo reconocerlo, no estaba en el camino correcto.    
    La primavera estaba en su última etapa y el calor se había comenzado a sentir.  Detuve el auto sobre la parada de los colectivos y  le pregunte  a un muchacho
  - Disculpá quiero llegar al cementerio municipal, ¿voy bien por acá?
  El muchacho se acercó hasta mi ventanilla y me indicó
- Seguí por esta unas quince cuadras y una vez que cruces el semáforo doblá a la derecha y por esa pegale hasta el fondo y ahí vas a encontrar el cementerio.
        -Muchas gracias - agradecí y continué camino.
 Al llegar estacione el auto cerca de la entrada principal y al bajar un pibe que no pasaba los diez años me dijo    - Don, por unas monedas le cuido el coche.
Busqué en mis bolsillos y al extender mi mano los pibes se habían multiplicado. Ahora eran un racimo de manos y voces que se entremezclaban ofreciendo distintos servicios: flores, agua, y hasta el servicio de lavado del auto completo.  Una vez que mis bolsillos se vaciaron de monedas las cuales trate de repartir con equidad, camine hasta la entrada principal.
 En el portón de entrada me recibió un cartel enorme con la cara del intendente del municipio y las bondades realizadas por su gobierno, perdón quise decir gestión.  Hace muchos años que nuestros políticos, dejaron de gobernar y ellos solamente se limitan a gestionar. Es decir, hacer de gerentes eficientes de los dueños del país.
El cartel me enojó mucho y no debía ser así, ya a esta altura tendría que estar acostumbrado, que cada intendente maneje su territorio como algo propio no es cosa sorpresiva para nadie.  En verdad lo que realmente me molestaba era la situación, los cementerios desde siempre no me gustaron y en este caso muchos menos, venía al entierro de un amigo.
Con paso decidido busqué la administración, al abrir la puerta el aire acondicionado produjo un escalofrió que recorrió mi cuerpo
 -  Cierre la puerta y espere que enseguida lo atenderemos – Habló una mujer detrás de un escritorio.  Mis ojos se fueron acostumbrando a la penumbra y comenzó a pasar el tiempo.  Diez, quince minutos y desde los escritorios nadie se movía. Dos mujeres seguían sentadas con la vista fija en la pantalla de la computadora, una tercera hablaba animadamente por teléfono preparando la salida del próximo fin de semana.
Mi tolerancia a la espera y a la burocracia llegó a su fin, con paso resuelto me dirigí hacia uno de los escritorios y alzando un poco la voz pregunte por el lugar donde enterrarían a mi amigo.
 La mujer no se inmutó y sin levantar la vista de la pantalla contestó -  Sector ocho y luego con ironía agregó - Señor llega tarde, el entierro ya esta por terminar.  
 Confundido, desde la puerta volví a preguntar -  Por favor, como hago para llegar al sector ocho. La mujer del teléfono, dejo su conversación y me contestó molesta  
     -  Salga al pasillo principal y desde ahí tiene todos los carteles indicadores, no tiene forma de perderse.  Buenas tardes y cierre la puerta
 Desde el pasillo aún pude escuchar la voz de la telefonista decir – Que gente pesada.  
 Caminé por la calle principal buscando la señalización de los distintos sectores, tarea para nada sencilla.
Decir cementerio parque no alcanzaba a ser un eufemismo, en todo caso era más bien una cuota elevaba de humor negro. Todo era una enorme planicie con escasos árboles raquíticos y algunos manchones verdes de pasto escaso. Tumbas al ras del suelo con cruces de hierro, flores de plástico y alguna flor natural marchita.
 El sol alto y fuerte lo cubría todo, mi transpiración me empapaba la espalda y el sector ocho seguía sin aparecer.   Con desgano le pregunte a dos trabajadores del cementerio que en una carretilla llevaban una corona 
 - Es allá, cerca del alambrado del fondo, donde se ve esa gente - Con un gesto agradecí y enfilé hacia lo indicado alargando los pasos.
Unos metros más adelante pude ver las figuras de veinte hombres y mujeres alrededor de una tumba abierta.  En el alambrado que separaba el cementerio del barrio dos banderas colgadas: una argentina, la otra chilena. Más allá del alambrado, en la calle, unos pibes jugaban a la pelota.  Los ojos se me llenaron de lágrimas.
 Me acerqué en silencio y saludé a cada uno con la mirada, después di unos pasos más hasta el borde de la tumba y alguien me alcanzó un clavel rojo que tiré sobre el ataúd que estaba envuelto en una bandera roja.
 Una voz a mis espaldas comenzó a cantar la internacional y las demás la siguieron. Entonces recordé con la nitidez del rayo el momento en que hace muchos años conocí a mi amigo. Y eso quiero contarles…  

lunes, 9 de diciembre de 2013

Grafos 2.0 tiene el agrado de presentar:
"Relatos del más acá"


Un libro dedicado a los relatos populares, aquellos que hemos escuchado, aquellos que creemos haber sentido, y aquellos que nunca oímos.
La presentación oficial del mismo se realizará el día viernes 20 de diciembre en el Salón Municipal de Exposiciones de San Miguel (esquina av. Perón y J. J. Paso) a una cuadra de la Plaza Muñiz (o Plaza de las Carretas) a las 19:30.
En dicha presentación además de los autores, habrá "Relatos", canciones y sobretodo un espacio de encuentro.

Los esperamos!!!!!!!!! 

viernes, 6 de diciembre de 2013

Dormir Despierto



Absenta, esa es la esencia de tu alma.
Aquella que domina, que me eleva,
que me nutre y que me calma.
Destilas el hada verde de mis sueños.
Se esparce como jugo en un líquido
de azúcar y misterio.

Ya no importa que será.
Todo vuelve a resurgir.
Un cristal, viejo café porteño.
Boudelaire tenía razón

Ajenjo, eres la barca en que naufrago,
hundido en el vicio inmoral
de lo placeres más profanos.
Desdicha, es el caviar de los suicidas.
Aquel libro francés donde describen
las mentiras de mi vida.

Se muy bien que todo ya fue dicho.
Llego tarde al paraíso.
De dormir despierto.

Veneno, fluye en mis venas el destino
La capa de Rimbaud quedó tendida
al borde oscuro del camino.
Poeta, describes reinos infernales.
Las flores de Artemisa
que desnudan los Pecados Capitales.

Se muy bien que todo ya fue hecho.
Llego tarde al paraíso.
De quedarme quieto

"Las Flores del mal" te van a gustar.
"Las Flores del mal" te van a cambiar.
"Las Flores del mal" ya llegan hacia ti...

Fernand


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Detrás de la cordillera


A partir del miércoles 11 de diciembre, de la mano de Carlos Eduardo Varco, nos embarcaremos en un relato de personas comunes que se encuentran con la historia. Dos pueblos, dos naciones hermanas y una época de valor, crueldad y peligro. 
Los años oscuros y los tiempos por venir, la amistad y el heroísmo, lo mejor y lo peor del género humano en un marco de aventura, sueños y utopía...

No te pierdas esta novela cuyos capítulos te serán presentados todos los miércoles en "nuestro"... en "tú" blog... 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Los Toldos


Los indios, que con Justo Coliqueo habían ido a recorrer los campos, descubrieron un lugar ideal de asentamiento cerca de las Lagunitas y Tapera de Díaz (actual localidad de General Viamonte, Buenos Aires).
En julio de 1862 don Ignacio Coliqueo, desde Bragado, escribe al gobernador de la provincia, general Bartolomé Mitre, solicitándole su radicación definitiva en esa zona, en Tapera de Díaz.
Para acelerar el trámite decide viajar, y en persona, realizar el pedido, al ya presidente Mitre. Mediante los oficios de un "lenguaraz", se llega a un acuerdo de palabras y logra la donación de las tierras, con la promesa de realizar las formalidades legales.
En el mes de noviembre, Coliqueo se instala con sus hombres en el lugar de su propiedad con la idea de instalar su pueblo a la manera de fuerte y colonia agrícola.
Esta es una región, que por sus características, recibió el nombre de "Serranilla del Río Salado".  Se asentaron en el paraje entre las dos lagunas profundas que hoy conocemos con el nombre de "del Cementerio" y "La Salamanca". Más afuera se encontraban otras como la de "Cotta", la de "Morón", "La Salada", allí iban a abrevar los ganados, los cazadores de ñandú.
Cada capitanejo agrupó a su gente alrededor de su toldo. El centro lo ocupaba el Cacique Coliqueo y su tribu; a lo lejos, los caciques abregados. Algunos hicieron su rancho y sembraron retazos de campo maíz y cebada. Allí se radicaron y hasta ahora quedan sus descendientes.
Coliqueo siempre quiso servir a los cristianos, hasta su muerte. Peleó en contra de aquellos que no querían la paz. Su hijo Simón continuó con el mismo proceder de su padre. Fueron siempre leales, fieles, los "indios amigos" del gobierno, como lo afirmaba Mitre: se debe hacer distinción con un Coliqueo, que hizo lo que ningún otro. 
El general Mitre ayudó mucho a los indios. Hizo construir un rancho en la Tapera de Díaz y un galpón para guardar las cosechas. A los caciques y capinejos que hacían custodia en las fronteras; les daban sueldos y ayuda a sus familias. De esa manera empezó a prosperar la tribu de Coliqueo. Hoy en día allí siguen viviendo los descendientes de Coliqueo...

...para los primeros días de octubre de este año, les fueron entregadas las escrituras después de tantas idas y venidas. Y de tantos terratenientes mugrientos que les quisieron sacar de sus tierras.

Claudia Bechara Roucos