viernes, 7 de noviembre de 2014


LOS LUGARES DONDE CRECIMOS



Dedicado a Panquito, Chicho
y Diego.


Fue en la calle de tierra polvorienta.
La plaza sin luces y con pocos árboles.
La esquina de los amigos que escapaban
con el fútbol de los golpes de su madre,
de la brutalidad del abuelo, decrepita
figura represiva.

Fue en los veranos eternos que terminaban
entre lágrimas y silencios.
Las películas que vi y conté para que mis amigos
se fugaran por un rato de lo que no tenían.

Las siestas no dormidas a la espera
de la calma del sol, allá por las 5 en adelante.
El invierno en que cortaron la calle en nombre
de la llegada del asfalto y la fiesta por la fugaz
ausencia de esquinas y autos.

Fue en las vecinas por las cuales aprendí a andar
en bicicleta, hasta que sonó el timbre de crecer.
El terreno con árboles donde nos colgábamos
por horas, sin el apuro absurdo de nada ni la
Nada absurda del apuro.

Y hacíamos guerras y guerrillas y vigilábamos
La calle hasta que fuera hora de buscar rivales
Para el fútbol.

Fue en las escondidas de la noche,
la plaza de los sábados, la mancha-pared,
las risas y golpes

Fue en la pobreza y a pesar de ella.
Fue en la felicidad.



Patricio López Camelo

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