De nacionalismo, guerras y fronteras
Por
Alejandro San Ángelo
Cuando leí este blog, especialmente la sección “Comiéndose
al Caníbal” me pareció apropiado repensar una idea que se me estaba
atragantando desde hacía un tiempo largo y que creo que tiene que ver con esa
idea de hacerle a los demás lo que uno no quiere que le hagan. De eso se trata
esta intervención. Desde hace varios años, décadas, sostenemos nuestros
derechos (digo nuestros porque es una causa nacional) sobre las Islas Malvinas,
porque son nuestras, nuestro patrimonio, nuestra soberanía. Porque una potencia
“colonial” tomó dichas islas por la fuerza y no quiere devolvernos lo que es
legítimamente nuestro…
Por otro lado, está también la lucha de nuestros héroes que
murieron en pos de devolverle a nuestra nación aquellas tierras que la patria y
el pueblo argentino reclamaban. Todo un asunto. Ahora bien, analicemos tales
pensamientos, sabemos que las islas son un territorio de ultramar bajo dominio
británico desde que en 1833 la fragata inglesa de guerra Clio desalojó a los
habitantes ¿argentinos? que vivían allí. Desde entonces comenzó un largo
litigio entre ambos lados que hacia 1982 llevó a una guerra (que habría que
estudiar respecto a sus causas verdaderas desde el lado argentino que los llevó
a combatir por ellas, dado que no está claro que la primera intención fuera la
toma de las islas) que terminó con la derrota militar de la dictadura argentina
y la muerte de muchos jóvenes inocentes.
Los argumentos que esgrime la argentina para la devolución
de aquellos territorios están relacionados con derechos geográficos (la famosa
plataforma continental patagónica sumergida y que es continuada en las islas),
derechos históricos en cuanto a que fueron vistas por primera vez por marinos
españoles antes que ingleses, y los derechos jurídicos respecto a las bulas
papales que entregaron a España esos territorios, además de la ocupación
efectiva de las mismas.
Inglaterra desconoce tales derechos, las bulas Inter Caetera y el Tratado de
Tordesillas nunca fueron aceptados por Inglaterra. Los británicos sostienen que
ocuparon primero las islas, entre 1765-1774 Port Egmont (al norte de la isla
Trinidad). También esgrimen que los derechos sobre esas tierras no habían sido
reconocidos por otras naciones (ejemplo EEUU que había atacado con anterioridad
a las islas), además que la población argentina no era indígena, y que la única
población autóctona por haber nacido allí es la de origen inglés y que viven en
las islas en la actualidad (reconoce el derecho de autodeterminación de
aquellos).
Obviamente ante este desconocimiento de la soberanía
nacional el estado argentino y su población discuten acaloradamente en defensa
de su soberanía. ¿Cuál es la toma de posición de un argentino? obviamente a
favor de los derechos de “nuestra” nación.
¿Y si yo les digo que la Argentina se ha quedado con
extensos territorios, también por la fuerza en detrimento de otra “nación”? y
¿Qué no sólo nos quedamos con esos territorios sino que además ayudamos a
exterminar a casi dos tercios de la población de ese país y que todavía hoy se
encuentra en una situación delicada producto de aquella destrucción?
Así es camaradas, compañeros y correligionarios, buena
parte de la actual provincia de Formosa le pertenecía al Paraguay, y también
buena parte de Misiones. Las preguntas que se me vienen a la mente son, ¿si
nosotros tenemos derecho a reclamar las Islas Malvinas? ¿El Paraguay no tiene
derecho a reclamar esos territorios?
Por un lado ellos podrían esgrimir los mismos derechos
históricos. Así como nosotros heredamos la soberanía de España sobre nuestros
territorios, ellos también sobre los suyos, que se fundan en los mismos
derechos geográficos y jurídicos. ¿Cuáles son entonces nuestros derechos sobre
esos territorios? ¿Los de conquista? Inglaterra también los tiene. ¿El derecho
de autodeterminación de los formoseños a ser argentinos? Nosotros les negamos
ese derecho a los kelpers. El territorio es nuestro, los kelpers se pueden ir a
Inglaterra y los formoseños que quisiesen ser argentinos se podrían ir a la
Argentina.
Alguno me dirá que no es lo mismo… ¿Por qué? Porque es
nuestro territorio… ¿A dónde termina el concepto de soberanía? Obviamente que
Bolivia podría pedirle a su vez al Paraguay los territorios perdidos en la
guerra del Chaco paraguayo y Perú junto con Bolivia los territorios perdidos en
la Guerra del Pacífico con Chile y así sucesivamente.
Otro dirá que no es lo mismo porque en el caso Malvinas hay
una potencia extra-continental como Gran Bretaña… es decir que EEUU puede
colonizarnos tranquilamente porque es de nuestro continente… además no es lo
mismo la guerra de Malvinas que la Guerra del Paraguay…
Y no, los muertos por millares, tanto militares como
civiles en Paraguay fueron muchísimos más, ya que es considerada la mayor guerra
en Sudamérica…
Como sea, la idea era reflexionar sobre el tema, no digo
que el pedido sobre Malvinas sea equivocado, pero los argumentos dejan mucho
que desear, sobre todo cuando se incluyen ideas bastante artificiales como la
de la “nacionalidad”, la “patria” y otras que son bastante relativas y
discutibles. Se sabe que las “naciones” son construcciones que se dieron en un
proceso de formación específicamente en la segunda mitad del siglo XIX, es
decir que antes era más seguro pensarnos en sudamericanos que en argentinos,
chilenos, uruguayos y demás. Los estados construyeron ciudadanos
“nacionalistas” obedientes y dispuestos a morir por su “tierra”, por su país, y
así se mandaron a las trincheras a morir a millones de jóvenes en la Primera
Guerra Mundial (de la cual se van a cumplir 100 años en muy poco tiempo). El
concepto de frontera y otredad se ha esparcido como una idea imperante y la
idea de que es “nuestro” el país también… Pero ¿Es nuestro? ¿Tenemos todos los
derechos asegurados sobre él? ¿O le pertenece a alguien más? ¿A unos poquitos
poderosos? ¿Acaso no alcanza con pagarles los impuestos, trabajar para ellos a
bajos salarios? ¿Además debemos morir como aquellos jóvenes combatientes de
Malvinas en pos de sus intereses?
Sé que suena feo, casi “vende patria”, pero la pregunta
sería ¿Cómo puedo vender algo que en realidad no me pertenece?
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