Detrás de la Cordillera
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El choclo Mena fue uno de los compañeros más
presionado. Su organización, el partido comunista, se comunicó con él en varias
oportunidades y cuando vieron que éste no modificaba su posición, jugaron una
carta grande. Hasta la misma fábrica se llegó Pedro Veracruz, miembro del
comité central y en ese momento asesor
del ministro de trabajo. El
camarada Pedro, así se lo conocía, era un importante cuadro de la organización,
con varios viajes a la Unión Soviética, y también, en su juventud, había participado
en una de las tantas brigadas que combatieron en defensa de la república
española. Era un cuadro experimentado y duro en lo ideológico.
- Camarada Mena, quiero hablar
claramente con usted - El choclo lo
escuchaba en silencio. Evaluó que la mano venía pesada, ya que Pedro lo estaba
tratando de usted y ellos tenían una amistad de más de treinta años, si hasta
en más de una oportunidad, estando en la URSS, se habían emborrachado juntos.
Pedro continuó:
- Los hechos de la fábrica
preocupan, y de sobremanera, al comité central. Usted está al tanto de la
situación del país y de las dificultades que atraviesa nuestro gobierno, por lo
tanto no me voy a extender en el tema…
- Pará, pará un poco Pedro,
evitemos una discusión sin sentido. Yo sé todo lo que vas a decir. Antes
estuvieron otros compañeros y me molesta que te hayan mandado a vos. Esto es un
golpe bajo de la dirección, lo veo como que si no pudieron convencerme con
argumentos políticos, ni con amenazas, ahora tratan con mis amigos.-
-No es así, a nadie se le ocurrió esta idea. Yo me ofrecí para conversar con vos porque me tiene por demás preocupado
el tema de esta fábrica. Te puedo asegurar que en el ministerio hoy es la
carpeta más problemática y una mala resolución del conflicto puede ser decisiva
en el futuro del gobierno
- Mirá Pedro, está claro que
tenemos distintos enfoques. Para ustedes este conflicto es una carpeta
problemática y para mí, es el respecto a una decisión tomada en asamblea por
los compañeros, la cual, no te olvides, también yo voté -
- Creo que no me expresé bien,
hable de la carpeta y no fue un buen ejemplo. Lo que quise decir era que el
conflicto es para nosotros de suma importancia y queremos lo mejor para los
trabajadores, pero tenemos una visión total de la situación y creemos que la
resolución de poner en marcha la fábrica es un acto como mínimo un poco
apresurado- Argumentó Pedro
-No entienden nada- Dijo fastidiado el choclo.
- Las cosas están por demás claras,
estas privilegiando lo sectorial, por lo general, la fábrica es importante,
pero más es la clase. Hoy los conflictos tienen que estar en función del plan
general del partido, que es el estado mayor, todo lo demás pasa a un plano
secundario, esto es lo que vos, no lo querés comprender. Didáctico se explayaba Pedro
-En todo caso será como ustedes
dicen, pero este es mi lugar y respetaré lo votado aunque me vaya la vida en
esto.
El camarada Pedro perdió totalmente los estribos y se
puso a los gritos
-No podés hacer esto. Sabes bien,
mejor que nadie que debes acatar las decisiones del central, vas a hacer
sancionado por esta actitud pequeño burguesa
No pudo agregar más nada, Mena se
había parado dando por terminada la conversación y ante la vista de Pedro sacó
de un bolsillo el carnet del partido comunista y lo rompió en pedazos. Atónito,
Pedro no podía creer lo que había visto y quedo paralizado
Patricio, junto a otro compañero de seguridad, ingresó
a la oficina ambos alertados por los gritos. Mena con los ojos llenos de
lágrimas al verlos les pidió
-Acompañen al señor hasta la
puerta, no tiene nada más que hacer acá
La patronal tuvo mayor capacidad de análisis que la
izquierda y entendió perfectamente la nueva situación. Mientras el gobierno
estaba desorientado, ellos se movieron con rapidez y se sentaron a negociar con
los trabajadores. La lectura que hicieron de la situación era sencilla. No debían permitir que ese
mecanismo de lucha se extendiera, había que abortar ya, esta experiencia, donde
los obreros se hacían cargo de las empresas. Temían a un efecto dominó, como ya
había pasado en las zonas rurales, con
tomas de fundos por parte de campesinos sin tierra.
Los términos
del arreglo fueron favorables para los trabajadores: incorporación inmediata de
todos los despedidos, el pago de todos los días de conflicto y lo más
importante desde el punto de vista político, control obrero de la producción. La tarde que se firmó el
acuerdo fue la última vez que hubo bailes populares en los enormes portones de la fábrica.
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