Incomodando gente
Ahora, con el resultado ya en los diarios, con la tristeza
en el corazón es fácil echarle leña al fuego… pero no, lo que importa ahora son
las líneas de pensamiento, de pensamiento divergente.
Quiero y mucho a mi gente, no por haber nacido en la misma
tierra o porque tengamos el mismo idioma o la misma historia, costumbres y
tradiciones. Los quiero porque así debe ser, porque todos somos de la misma
especie, porque compartimos este puto mundo, porque respiramos el mismo aire… y
sin embargo nos matamos, nos robamos, nos odiamos, nos enfrentamos.
Cuando un partido se juega en una cancha otro se juega en un
campo de guerra, en una ciudad, en un lejano país pobre. Mueren niños y viejos,
al son de las bombas, al terrible tintinear de campanas lúgubres… pero el mundo
sigue rodando. ¿Debemos sentirnos mal por eso? No sé, no es culpa de quienes
ven un partido o de quienes lo juegan, pero lo triste hoy lo verdaderamente
triste hoy es que muchas personas sufren por su equipo derrotado o se alegran
por su equipo ganador y no le dedicamos
ni una palabra o sentimiento por aquellos hermanos que se extinguen
literalmente al ritmo de las explosiones…
La alegría debe ser siempre, se gane o se pierda, la
tristeza no. Se debe estar triste o verdaderamente triste por los jóvenes que
nunca serán…
No te pido a ti amigo mío que lees estas palabras surgidas
sin reflexión y automáticamente que estés de acuerdo, solo te pido que por unos
instantes pienses que la vida, que estar vivo es maravilloso y que sería bueno
que todos sintiéramos ese sentimiento.
Ahora sí, cantemos y vitoreemos a nuestro equipo, si
derrotado o ganador eso no es lo esencial, lo esencial es el juego honesto
dentro y fuera de la cancha, por un mundo mejor y sin violencia siempre…
Fernando Claudio Torres
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