miércoles, 5 de febrero de 2014

"Detrás de la Cordillera"
9



La asamblea  rechazó en forma unánime la suspensión de actividades indicada por la patronal. Luego continuo en un clima, menos emotivo y más pensante, donde se fueron sucediendo los oradores. Al cabo de tres horas había dos posiciones principales: toma de la empresa con la inmediata estatización, y una segunda, toma de la fábrica con control obrero e iniciar las conversaciones con el gobierno para cuando este lo crea conveniente estatizar. La discusión era ardua y agotadora. Los dirigentes de los distintos sectores usaban todo el poder de persuasión para  lograr que su  moción fuera la elegida, las opiniones estaban por demás reñidas. Cuando ya se habían cumplido las cuatro horas del debate se pasó a votar. Por el canto de una uña, ganó la posición encabezaba  Mena, toma con control obrero y la apertura de las negociaciones con el gobierno para una futura estatización. Patricio votó por la posición perdedora que defendió laboriosamente y con pasión junto a Larraín.. Al final todos juntos cantaron el himno nacional.
La comisión interna en pleno, se puso a la cabeza de la organización de la toma. Todos trabajaban codo con codo, ya no importaba por que posición había votado cada uno. El choclo Mena y José Larraín, eran un ejemplo, momentos antes habían confrontado en la asamblea de forma muy dura y ahora intercambiaban opiniones sobre cómo abordar la tarea. Había una premisa que se respetaba a muerte: lo votado en asamblea es ley para todos.
Se eligieron distintas comisiones con muchos integrantes, todas ellas encabezadas por los miembros de la interna. Política, Organización, Logística, Seguridad, Relaciones Sindicales, Prensa y Familiares. La idea era armar grupos dinámicos, operativos, pero a la vez que pudieran participar la mayor cantidad de trabajadores y con plena democracia obrera.
Patricio se incorporó a una de las comisiones  más importantes. Se hizo cargo de la seguridad de toda la planta, lo que también implicaba cuidar  de la vida de sus compañeros.
Lo primero que hicieron fue reunirse para evaluar las distintas hipótesis del conflicto. Del análisis se desprendía que había que prepararse para permanecer por bastante tiempo en la fábrica, por lo tanto habría  que trabajar en la moral de los compañeros. Si bien este problema no era asunto propio de la seguridad, les parecía un tema de suma importancia y lo iban a tratar en la reunión general. Sin embargo, tomaron medidas, para que desde un primer momento, mantener la moral en alto. La experiencia les indicaba que en los primeros días estarían desbordados de entusiasmo, pero con el correr de los días este iría decayendo. Uno de los factores negativos era que los trabajadores, con el transcurso del tiempo, comenzaban a extrañar a su familia. Por lo tanto se trató de evitar este trastorno y hacer que todos los trabajadores pudieran estar con la familia. La primera medida fue dividir a todos en parejas, que cumplían turnos de doce horas, cuando uno de los integrantes estaba con su familia, el otro debía permanecer en la planta, y no se podía retirar hasta que su compañero regresara. De esta forma se buscaba romper el aislamiento de cada  trabajador con su familia y además se pasaba de un compromiso general a uno personal. Si alguien desertaba de la toma, no sólo traicionaba a todos, si no traicionaba a un amigo.
      Una parte de la comisión trabajaba en el armado y control de las parejas, otro grupo se dedicaba a sellar las puertas de ingreso y egreso de la planta. Sólo la entrada principal quedo habilitada, las demás fueron clausuradas. Los portones fueron bloqueados con maquinarias de rezago. Cinco trabajadores cumplían turnos de cuatro horas, rotaban  de forma permanente en el cuidado de las puertas, todos al mando de un único jefe. En la puerta número uno, todo el dispositivo de seguridad era mucho más complejo. No se había bloqueado con barricadas el portón principal, esta era una decisión política ya que no se quería dar una imagen de caos y violencia. Desde afuera, la planta estaba en una situación de total normalidad, de no ser por una bandera enorme desplegada en el frente  que decía: Contra el golpismo de los patrones, fábrica de los trabajadores. La seguridad en la puerta uno no era evidente, pero no por eso no existía, al contrario, era la parte más cuidada de la empresa.
      Una vez resuelto el tema de las parejas, un primer grupo de trabajadores pudo retirarse para sus casas y el resto se fue incorporando a las distintas tareas requeridas en el marco de la toma.





1 comentario: