lunes, 2 de diciembre de 2013

Los Toldos


Los indios, que con Justo Coliqueo habían ido a recorrer los campos, descubrieron un lugar ideal de asentamiento cerca de las Lagunitas y Tapera de Díaz (actual localidad de General Viamonte, Buenos Aires).
En julio de 1862 don Ignacio Coliqueo, desde Bragado, escribe al gobernador de la provincia, general Bartolomé Mitre, solicitándole su radicación definitiva en esa zona, en Tapera de Díaz.
Para acelerar el trámite decide viajar, y en persona, realizar el pedido, al ya presidente Mitre. Mediante los oficios de un "lenguaraz", se llega a un acuerdo de palabras y logra la donación de las tierras, con la promesa de realizar las formalidades legales.
En el mes de noviembre, Coliqueo se instala con sus hombres en el lugar de su propiedad con la idea de instalar su pueblo a la manera de fuerte y colonia agrícola.
Esta es una región, que por sus características, recibió el nombre de "Serranilla del Río Salado".  Se asentaron en el paraje entre las dos lagunas profundas que hoy conocemos con el nombre de "del Cementerio" y "La Salamanca". Más afuera se encontraban otras como la de "Cotta", la de "Morón", "La Salada", allí iban a abrevar los ganados, los cazadores de ñandú.
Cada capitanejo agrupó a su gente alrededor de su toldo. El centro lo ocupaba el Cacique Coliqueo y su tribu; a lo lejos, los caciques abregados. Algunos hicieron su rancho y sembraron retazos de campo maíz y cebada. Allí se radicaron y hasta ahora quedan sus descendientes.
Coliqueo siempre quiso servir a los cristianos, hasta su muerte. Peleó en contra de aquellos que no querían la paz. Su hijo Simón continuó con el mismo proceder de su padre. Fueron siempre leales, fieles, los "indios amigos" del gobierno, como lo afirmaba Mitre: se debe hacer distinción con un Coliqueo, que hizo lo que ningún otro. 
El general Mitre ayudó mucho a los indios. Hizo construir un rancho en la Tapera de Díaz y un galpón para guardar las cosechas. A los caciques y capinejos que hacían custodia en las fronteras; les daban sueldos y ayuda a sus familias. De esa manera empezó a prosperar la tribu de Coliqueo. Hoy en día allí siguen viviendo los descendientes de Coliqueo...

...para los primeros días de octubre de este año, les fueron entregadas las escrituras después de tantas idas y venidas. Y de tantos terratenientes mugrientos que les quisieron sacar de sus tierras.

Claudia Bechara Roucos


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