jueves, 13 de marzo de 2014

Detrás de la Cordillera
14


El choclo Mena fue uno de los compañeros más presionado. Su organización, el partido comunista, se comunicó con él en varias oportunidades y cuando vieron que éste no modificaba su posición, jugaron una carta grande. Hasta la misma fábrica se llegó Pedro Veracruz, miembro del comité central y en ese momento asesor  del ministro de trabajo.  El camarada Pedro, así se lo conocía, era un importante cuadro de la organización, con varios viajes a la Unión Soviética, y también, en su juventud, había participado en una de las tantas brigadas que combatieron en defensa de la república española. Era un cuadro experimentado y duro en lo ideológico.
- Camarada Mena, quiero hablar claramente con usted -  El choclo lo escuchaba en silencio. Evaluó que la mano venía pesada, ya que Pedro lo estaba tratando de usted y ellos tenían una amistad de más de treinta años, si hasta en más de una oportunidad, estando en la URSS, se habían emborrachado juntos. Pedro continuó:
- Los hechos de la fábrica preocupan, y de sobremanera, al comité central. Usted está al tanto de la situación del país y de las dificultades que atraviesa nuestro gobierno, por lo tanto no me voy a extender en el tema…
- Pará, pará un poco Pedro, evitemos una discusión sin sentido. Yo sé todo lo que vas a decir. Antes estuvieron otros compañeros y me molesta que te hayan mandado a vos. Esto es un golpe bajo de la dirección, lo veo como que si no pudieron convencerme con argumentos políticos, ni con amenazas, ahora tratan con mis amigos.-
-No es  así, a nadie se le ocurrió esta idea.  Yo me ofrecí para conversar  con vos porque me tiene por demás preocupado el tema de esta fábrica. Te puedo asegurar que en el ministerio hoy es la carpeta más problemática y una mala resolución del conflicto puede ser decisiva en el futuro del gobierno
- Mirá Pedro, está claro que tenemos distintos enfoques. Para ustedes este conflicto es una carpeta problemática y para mí, es el respecto a una decisión tomada en asamblea por los compañeros, la cual, no te olvides, también yo voté -
- Creo que no me expresé bien, hable de la carpeta y no fue un buen ejemplo. Lo que quise decir era que el conflicto es para nosotros de suma importancia y queremos lo mejor para los trabajadores, pero tenemos una visión total de la situación y creemos que la resolución de poner en marcha la fábrica es un acto como mínimo un poco apresurado- Argumentó Pedro
-No entienden nada-  Dijo fastidiado el choclo. 
- Las cosas están por demás claras, estas privilegiando lo sectorial, por lo general, la fábrica es importante, pero más es la clase. Hoy los conflictos tienen que estar en función del plan general del partido, que es el estado mayor, todo lo demás pasa a un plano secundario, esto es lo que vos, no lo querés comprender.  Didáctico se explayaba Pedro
-En todo caso será como ustedes dicen, pero este es mi lugar y respetaré lo votado aunque me vaya la vida en esto.
El camarada Pedro perdió totalmente los estribos y se puso a los gritos
-No podés hacer esto. Sabes bien, mejor que nadie que debes acatar las decisiones del central, vas a hacer sancionado por esta actitud pequeño burguesa
No pudo agregar más nada, Mena se había parado dando por terminada la conversación y ante la vista de Pedro sacó de un bolsillo el carnet del partido comunista y lo rompió en pedazos. Atónito, Pedro no podía creer lo que había visto y quedo paralizado
Patricio, junto a otro compañero de seguridad, ingresó a la oficina ambos alertados por los gritos. Mena con los ojos llenos de lágrimas al verlos les pidió
-Acompañen al señor hasta la puerta, no tiene nada más que hacer acá
La patronal tuvo mayor capacidad de análisis que la izquierda y entendió perfectamente la nueva situación. Mientras el gobierno estaba desorientado, ellos se movieron con rapidez y se sentaron a negociar con los trabajadores. La lectura que hicieron de la situación  era sencilla. No debían permitir que ese mecanismo de lucha se extendiera, había que abortar ya, esta experiencia, donde los obreros se hacían cargo de las empresas. Temían a un efecto dominó, como ya había pasado en  las zonas rurales, con tomas de fundos por parte de campesinos sin tierra.
 Los términos del arreglo fueron favorables para los trabajadores: incorporación inmediata de todos los despedidos, el pago de todos los días de conflicto y lo más importante desde el punto de vista político, control obrero  de la producción. La tarde que se firmó el acuerdo fue la última vez que hubo bailes populares  en los enormes  portones de la fábrica.



No hay comentarios:

Publicar un comentario