sábado, 29 de marzo de 2014

De educación, padres y periodistas


Hace varios días que se  viene sosteniendo una, algo ya clásica, discusión en los medios y en la web sobre la actitud de los docentes con el nunca tan “mal” ponderado paro de ¿cuántos días? Muchos periodistas se han encabronado y muchos padres también (notarán que digo muchos y no todos) porque según esgrimen: Los chicos tienen derecho a la educación, primero está el derecho de los chicos, esos días no se van a recuperar, mi hijo estaba ilusionado con ir a la escuela, y cosas por el estilo. También obviamente aparecieron otros epítetos menos felices como: Son unos vagos, vayan a laburar, ¿cuánto quieren ganar?, tienen 3 meses de vacaciones, tienen auto, se rascan el higo en las aulas, faltan mucho… y puedo seguir con esa lista interminable, pero no es la cuestión.
Así, algo ya cansado de tanto “diálogo” tan constructivo, y muy callado en estos días, miraba y escuchaba en ese silencio. Ahora bien, yo me pregunto ¿sabrán realmente esa parcialidad (notarán que no digo todos) lo que pasa realmente en la escuela y en la educación? Sinceramente creo que no, y me encantaría equivocarme (por lo tanto todo lo que diga sería un error).
Grandes verdades: Los chicos tienen derecho a una educación… es verdad, si le preguntamos a cada uno de esos padres que se han enojado con nosotros ¿qué es lo que más le interesa en su vida? o ¿cuál es su mayor tesoro? contestarán categóricamente MI HIJO/A/S, pero si eso es así ¿por qué los mandan a escuelas con problemas de electricidad, de gas en invierno, muchas veces sin vidrios (sé de lo que estoy hablando) con mesas y sillas destruidas, con problemas en el cielo raso, con problemas de agua…? peor, ¿por qué los ponen en las manos de docentes que tienen que hacer malabares para llegar a fin de mes y por lo tanto acumulan más horas de las que cualquier persona debería soportar  psíquicamente y se embrutecen el cerebro para estar al frente de sus tesoros y por lo tanto no pueden estar muy sanos o en su mejor estado ante ellos?
Me parece que el derecho a la educación es algo mucho más profundo que ir a hacer que se estudia, porque ¿sabían algo? En esas condiciones no se puede aprender. Si tanto les preocupara la educación me sorprende que no estuvieran acompañando a los docentes en ese paro, SON SUS TESOROS los que están en juego, dado que la educación es para ellos, ¿dónde están esos padres que se quejan y esos periodistas para saltar tan violentamente por todas esas carencias que afectan a sus hijos? Es muy rara esa falta enorme hacia ellos. PRIMERO ESTÁ EL DERECHO DE LOS CHICOS, desde ya totalmente de acuerdo, pero ¿dónde está ese derecho primordial si no es en una escuela PÚBLICA? (acentúo pública porque las privadas venden un servicio y no un derecho, dado que los derechos no se pagan) Y si esa escuela pública está destruida (invito a que recorran las escuelas del Gran Buenas Aires) ¿cómo y cuándo defienden ese derecho algunos padres y periodistas?
Es cuando no van a clases que se preocupan como si sólo el hecho de ir produjera el milagro de la educación. Amigos, o se es muy ignorante o no les interesa en el fondo la educación. Pero para peor arguyen mitos que se repiten sin sustento, 3 meses de vacaciones de verano (sin contar con las de invierno). Son 45 días en verano (si les parece mucho primero estudien y luego bánquense a su propios hijos todos los días cuatro o más horas, después hablamos como que les queda el bocho). Tienen autos… nunca oí un argumento más miserable y absurdo que ese. Primero porque sólo entre un 20 y un 30 % de los docentes tiene auto, cuya mayoría lo necesita para llegar de una escuela a otra para que con sus 30 o 40 horas, por demás insalubres dado que se recomiendan 20 horas pero te morís de hambre. Pero claro son la mayoría, lo mismo que los que faltan, que son justamente el mismo porcentaje, pero es más fácil acusar y generalizar que decir verdades con conocimiento de causas. Y aquí viene la otra arista del tema, como faltan tanto y con los paros los chicos no aprenden… ¿desde cuándo la educación se reduce a la cantidad de días de clases? Es obvio que quien no va nunca a clase no puede avanzar mucho en los conocimientos escolares, pero discúlpenme amigos, la educación es cuestión de CALIDAD y no de CANTIDAD, y lo que se está pidiendo y discutiendo es eso.
Termino con lo último ¿cuánto queremos ganar? LO SUFICIENTE PARA VIVIR DIGNAMENTE, CON LAS SUFICIENTES HORAS LÓGICAS A NUESTRO TRABAJO EN RESPETO INTELECTUAL A NUESTROS HIJOS Y ALUMNOS QUE SON NUESTRO MAYOR TESORO, CON 20 HORAS DEBERÍA SER MÁS QUE SUFICIENTE PARA UN TRABAJO TAN NOBLE Y ARRIESGADO COMO EL DOCENTE, PORQUE ALLÍ SE SALVAN LAS VIDAS PRESENTES Y FUTURAS DEL PAÍS, LA EDUCACIÓN LO ES TODO, SIN ELLA NO HAY NADA, LO REPITO, NADA DE NADA. Se estudió, se trabajó, se preparó para que nuestros tesoros tengan lo mejor, pero ni el Estado y ni a buena parte de la sociedad (no dije toda) les interesa, pero del Estado, las empresas, del Mercado, los políticos y demás dirigentes se lo espera, pero de muchos padres… la verdad es una vergüenza. Pero peor, una grandísima ignorancia. Da para mucho más, pero no quiero recargar las tintas ante un tema tan importante y tan simplificado por los burros que le hacen el caldo gordo a este sistema y no se dan cuenta que son funcionales a quienes nos dominan cuando se pelean con los pobres maestros…


Una sociedad así tiene corto vuelo, y la educación entendida bien debería ser las principales alas…

Fernando Claudio Torres   

1 comentario:

  1. Realmente no se trata de "victimizar" al docente, pero realmente, he concurrido a escuelas en donde las paredes estaban electrificadas (si señor papá, electrificadas), porque el acento en el discurso del gobierno es tener los 180 días no importa cómo. Y los arreglos se hacen con alambre, con este lógico resultado. Podría decir muchas cosas más, lo que sé es que los niños no quieren muchas veces ejercer su derecho a aprender y preguntan hasta el hartazgo "y esto para qué me sirve" con el ánimo más destructivo y socarrón que puedan hallar. Y yo, como educadora, no puedo pegarles un grito y se acabó como muchos padres... Son horas convenciéndolos de estudiar. Mi experiencia fue que podían traerse smartphones pero no traían un lápiz o una hoja. Yo quedé en el camino. Espero que las jóvenes generaciones de docentes sepan lidiar con esta dura realidad y que se acaben los subsidios para escuelas privadas y esa plata vaya a las escuelas públicas. Saludos.

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