jueves, 24 de abril de 2014

Detrás de la Cordillera
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OBRERO ASESINADO POR SUS PROPIOS COMPAÑEROS

-Un joven trabajador opositor a la comisión interna, fue asesinado anoche en la los fondos de la misma empresa .El motivo que derivó en el cobarde asesinato fue la tajante negativa del joven a participar en la fabricación de armas. Este delito, que se está llevando a cabo desde que la comisión interna tiene el control total sobre la producción, tiene la mirada cómplice del gobierno nacional, que, ante las reiteradas denuncias de los empresarios, no tomó ninguna medida para desbaratar a la célula terrorista que opera en este importante complejo fabril.
Los cronistas de nuestro diario recorrieron toda la planta en búsqueda de testimonios de los desgraciados hechos, pero los obreros, por orden de la comisión interna, se negaron hablar. En todo su recorrido nuestros periodistas estuvieron acompañados, a una distancia prudencial, por un grupo de trabajadores que serian los encargados de la seguridad de toda la empresa, cuando los fotógrafos de nuestro diario quisieron tomar fotos de las distintas secciones, su tarea les fue impedida por este grupo de sujetos…
Al ver los inmensos galpones, los enormes vestuarios, el comedor gigantesco, en el más absoluto silencio, sin voces de personas que le den color de vida, uno piensa que en esto están convirtiendo nuestra querida patria. Podemos decir que esta empresa, es una postal del futuro que nos espera a todos los chilenos. Hoy tres mil compatriotas trabajan en medio de la amenaza y del miedo, son rehenes de un grupo de apátridas, que buscan quedarse con nuestra libertad. Chilenos: la patria nos reclama, aún estamos a tiempo.
Así escribía la derecha uno de los muchos y extensos artículos con que llenaron los diarios en esos días. La muerte de Núñez fue portada en los grandes periódicos, durante semanas mantuvieron la noticia en primera plana y conmovieron a la opinión pública.
Un grupo de parlamentarios opositores, aprovechó la situación para  interpelar al ministro del interior y hacer encendidos discursos ante las cámaras de televisión, en defensa de los trabajadores y la libertad. Las señoronas de Santiago que ya habían comenzado con su batir de cacerolas vacías, ahora acompañaban sus protestas con unas pequeñas banderas de plástico que decían: Núñez justicia. En algunas paredes, comenzó aparecer, una nueva consigna: Una viuda y cinco hijos están solos. Núñez te vengaremos. La derecha había conseguido tener un mártir.
En la fábrica nadie creía en la inocencia de Núñez. Casi un santo al decir de la prensa, era unánime la opinión de que él era quien dirigía a los saboteadores, también era mayoritaria la idea de que era un derecho de los trabajadores organizar la defensa contra los atentados, pero apenas un puñado de obreros compartió la drástica medida tomada por Larraín y Patricio.
La comisión interna, después de un intenso debate, resolvió separar del cargo a Larraín, que únicamente quedó como delegado de su sector.  Patricio, en cambió, sufrió una leve pena .. También se resolvió respaldar a los compañeros en la investigación judicial que, bajo presión de la derecha, se estaba llevando a cabo.
Por muchos días, en los oídos de Patricio resonaban las palabras, que una vez, a modo de sentencia, había dicho el choclo Mena: “Cuando la vanguardia se aleja de las masas, que dice representar, se convierte en una patrulla ciega”.
 A Patricio, la dirección del MIR lo felicitó por la actitud que había tenido ante el enemigo de clase y lo promovió a integrar una célula militar. Al participar en la primera reunión,  tuvo una grata sorpresa, porque se encontró que Larraín y otro compañero de la fábrica, eran también miembros de la célula a la cual se integraba.
La vida de Patricio se iba acelerando, al mismo ritmo de los tiempos políticos que vivía Chile. Con su nueva responsabilidad comenzó a tener una doble vida y una gran culpa. En ningún momento se atrevió a contarle a Elena el paso que había dado, tenía miedo de perderla. A la vez era consciente de los peligros a los que la estaba exponiendo. Todos los días mientras trabajaba se decía que esa noche, después de la cena,  se lo iba a contar  pero cuando llegaba el momento no se atrevía y así  fueron pasando los días.
A finales del otoño, Elena y Patricio recibieron felices la llegada de Lautaro. Su casa se vistió de fiesta y compartieron  la alegría con sus familiares. Lautaro abrió por primera vez los ojos, en un Chile que vivía los momentos más decisivos de toda su historia. Las clases dominantes, con sus socios extranjeros, defendían con uñas y dientes sus históricos privilegios. Días decisivos se avecinaban.

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