domingo, 12 de octubre de 2014



LOS FUEGOS DE LA POBREZA: INCREÍBLE

Que te puedan pegar un tiro por decir lo que pensás, la corrupción escandalosa, la rutina de aceptar que es así y no se puede hacer nada y bueno, hay que seguir como se pueda, siempre un poco peor.
Tener miedo y no actuar.
Juntarse con otros, salir del cascaron, nomas sea de a poquito para frenar la embestida de quien maneja los hilos de ese miedo.
Saber que en tu barrio hay un tipo mandado desde arriba que reparte según se le plazca y no te hagas el canchero gil que si seguís jetoneando te cocino a tiros eh y no se entera nadie.
Que la vida se viva sobreviviendo, creyendo que me meto en lo mío y si hago bien las cosas zafo, y salgo yo y mi familia adelante y el resto bueno, verán cómo hacen.
Tantos lugares sin tiempo donde todo es como ayer y peor, con patrones, señores, mafias, funcionarios funcionales, punteros, seudo-intelectuales convencedores, gente llevada por necesidad.
Personas mirando para a otro lado, tibios reproductores de lo mismo, caritativos con algo de culpa y  rutinarios absorbidos por juntar para un nuevo e imperioso auto O km.
Creer que portándose bien y lo que sea que eso signifique, no me voy a meter en quilombos y no me va a pasar como a esos pibes del otro barrio que mataron por lo de la falopa o la piba esa de Capital que andaba meta joda y ahí tenés, la agarraron los de la trata y anda a saber donde está ahora.
Que un tipo decida el destino de millones y los millones crean que las cosas son así o a lo sumo culpa del tipo, lo sacamos y listo, ponemos a otro y todo bien, la teoría de la manzana que arruina el cajón.
No escuchar ciertas cosas, no mirar algunos programas, no hablar con cierta gente que te dice que está todo mal cuando no está todo mal, algunas cosas nomas que, en su mayoría son culpa de la gente vaga que no quiere laburar 8 o 10 horas por día con 2 de viaje, 5 veces por semana o a veces 6. Esa gente que no quiere pasarse la mitad de su vida que es una sola yendo a laburar y laburando. Culpa de ellos, manga de vagos.
Pensar que si el tipo tiene mil millones está bien, si se los gano laburando, ponele que inventó un aparato electrónico y lo usa mucha gente, está bien que tenga esa guita, mientras no la haya afanado.
Saber que sí, hay hambre en el mundo y necesidades pero bueno, estamos un poco mejor que en otras épocas y además lo del hambre, ¿Qué querés? La mayoría de los hambrientos está en África y… -¿Qué querés?- Si pobrecitos están así desde hace siglos, que vamos a hacer desde acá. Por lo menos acá no pasa eso o no es tan así. Tan así.
Considerar que con votar mejor o con no votar a aquel que, -¿te acordas lo que hizo?- Se va a encaminar todo, ya vas a ver. Eso sí, fíjate frente a la urna porque sino después hay que esperar que se le termine el mandato y es un bajón.
Pensar que solo unas líneas escritas van a solucionar algo.
Creer que solo unas líneas leídas van a cambiar algo.
Saber qué es lo que pasa y no escribir, leer, hablar con otro o hacer algo cotidiano por pensar que no va a servir de nada y desistir solo de fiaca, que…- ¿para qué?- Si no podemos hacer nada.

Mirar como muchas cosas se nos caen sobre la cabeza. Y solo atinar a mirar. 



Patricio López Camelo

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